Diseño eficiente de áreas urbanas: orientaciones para la prescripción de pavimentos prefabricados de hormigón
La disponibilidad en el mercado de adoquines, baldosas y losas prefabricadas altamente personalizables permite recurrir a productos industrializados y al tiempo singulares que se adaptan perfectamente a cada obra; sin embargo, sus amplias posibilidades de configuración también pueden añadir cierta complejidad a las tareas de diseño y selección de producto, a menos que se tengan claros los parámetros a considerar. Gonzalo Souto, director técnico de Cerámica Campo, reflexiona acerca de cuáles son los requisitos aplicables a los pavimentos exteriores y nos ofrece –desde la experiencia del fabricante– recomendaciones para acertar en la prescripción de productos que satisfagan las necesidades de cada proyecto.
El planteamiento de soluciones industrializadas y prefabricadas para la construcción ha estado tradicionalmente asociado a la fabricación en serie de componentes estandarizados, cuyas características predefinidas e invariables planteaban –en no pocas ocasiones– dificultades para dotar a cada proyecto de la singularidad que habitualmente requieren. Estas dificultades se hacían especialmente evidentes en el diseño de elementos de acabado (como los pavimentos para exterior) que no sólo deben satisfacer unos requisitos funcionales particulares sino que además deben aportar a la obra unos atributos estéticos acordes con el entorno.
Actualmente, los modernos métodos de producción de adoquines, baldosas y losas prefabricadas dan lugar a productos eficientes, duraderos y altamente personalizables que permiten superar –al menos en el ámbito de la pavimentación exterior– la tradicional dicotomía entre industrialización y singularidad. Como fabricantes, en Cerámica Campo e está en disposición de ofrecer al proyectista una amplia variedad de materiales, formatos, colores, acabados y tratamientos que pueden dar lugar a combinaciones (casi) infinitas; además, se cuenta con capacidad de desarrollar formatos y colores exclusivos que no están contemplados en catálogo, por lo que las posibilidades de personalización del pavimento prefabricado de hormigón son realmente ilimitadas.
Siendo conscientes de que esa variedad de opciones –que se entiende como intrínsecamente ventajosa– puede añadir cierta complejidad a las tareas de diseño de áreas urbanizadas y de selección de producto, a continuación se plantean una serie de observaciones y recomendaciones (agrupadas de acuerdo con los requerimientos aplicables) que pueden contribuir a las labores de prescripción. Para ello, resulta inevitable tomar en consideración las normas europeas y los complementos nacionales que establecen las especificaciones de los adoquines de hormigón (UNE-EN 1338 y UNE 127338), de las losas –o baldosas– prefabricadas de hormigón (UNE-EN 1339 y UNE 127339) y de las baldosas hidráulicas para uso exterior (UNE-EN 13748-2 y UNE 127748-2).
Cualidades formales
Los pavimentos exteriores contribuyen a caracterizar el espacio urbano a través del formato, el color y el acabado de las piezas utilizadas, así como del despiece del propio pavimento. La elección de las características formales del producto es un proceso subjetivo que depende de las cualidades del entorno y de la propia sensibilidad del diseñador, pero con carácter general, se puede decir que:
Los adoquines de pequeño formato o multiformato tienen una imagen tradicional que resulta idónea en cascos históricos y entornos rurales, mientras que las losas prefabricadas de gran formato (por ejemplo, de 100×50 cm o 120×40 cm) minimizan la presencia de juntas y proporcionan una apariencia más depurada a la superficie pavimentada (figs. 1-2).
El acabado liso o estándar es neutro, los acabados granallado y lavado ofrecen un aspecto pétreo y el envejecido confiere carácter rústico y natural a las piezas (fig. 3).
Los colores claros aportan neutralidad al espacio y contribuyen a reducir el efecto isla de calor en las ciudades, mientras que los colores no homogéneos (que se fabrican en Cerámica Campo con la tecnología Colormix) transmiten una imagen más contemporánea (fig. 1).
Resistencia mecánica
Las características mecánicas del pavimento están directamente relacionadas con las propiedades de las materias primas y las dosificaciones utilizadas en su fabricación, así como con el espesor de las piezas. En el caso de los productos de Cerámica Campo, se recomienda emplear adoquines, baldosas y losas de los siguientes espesores en función del uso previsto: ≥ 3 cm para uso peatonal, ≥ 8 cm para tráfico ligero y ≥ 10 cm para tráfico pesado e intensivo.
Resistencia climática
Para asegurar la durabilidad del pavimento, el prescriptor en general debería seleccionar adoquines, baldosas y losas prefabricadas de hormigón con una absorción de agua no superior al 6 % en masa (véase UNE 127338, UNE 127339 y UNE 127748-2).
Resistencia al desgaste por abrasión
Se recomienda la prescripción de losas prefabricadas de hormigón y baldosas hidráulicas para exterior que ofrezcan una resistencia al desgaste tal que la huella producida en el ensayo de disco ancho de abrasión sea ≤ 26 mm (véase UNE 127339 y UNE 127748-2); en el caso de los adoquines de hormigón, la huella será ≤ 23 mm (véase UNE 127338).
Resistencia frente a las manchas
Los pavimentos prefabricados de hormigón poseen en general una adecuada resistencia a las manchas en condiciones normales. No obstante, en situaciones especialmente exigentes puede ser aconsejable prescribir el uso de adoquines o losas con un tratamiento antimanchas aplicado en fábrica, que previene la absorción de aceites y repele la suciedad.
Desempeño medioambiental
La sostenibilidad medioambiental de los pavimentos prefabricados depende de las condiciones de fabricación pero también de las prestaciones que proporcionen durante la vida útil de la obra:
Para que cualquier producto de construcción sea sostenible, los fabricantes deben acometer procesos que contribuyan a avanzar hacia la descarbonización de la industria y favorezcan la economía circular (fig. 6).
Los pavimentos fotocatalíticos crean espacios urbanizados más limpios, saludables y respetuosos con el medioambiente gracias a las propiedades descontaminantes y autolimpiantes proporcionadas por un fotocatalizador incorporado en su composición (TiO2).
Los pavimentos drenantes integrados en Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS) permiten la filtración de la lluvia hacia el terreno y contribuyen a una gestión racional de las aguas pluviales.
Seguridad de uso
Al efecto de limitar adecuadamente el riesgo de caída por resbalamiento, los pavimentos exteriores deberían tener un valor de resistencia al deslizamiento sin pulir USRV ≥ 45, y una clase 3 de resbaladicidad (Rd ≥ 45) según CTE DB-SUA 1. La normativa vigente reconoce expresamente que todos los adoquines, baldosas y losas prefabricadas de hormigón tienen una resistencia al deslizamiento satisfactoria, salvo que su cara vista se modifique mediante pulido o abrillantado (véase UNE-EN 1338, UNE-EN 1339, UNE-EN 13748 y DA DB-SUA).
Facilidad de ejecución
Los pavimentos prefabricados son fáciles de colocar y proporcionan un excelente rendimiento siempre que se empleen procedimientos de ejecución acordes con el formato de la pieza. Los adoquines son elementos manejables que permiten una colocación por medios manuales o mecánicos. Las losas prefabricadas –especialmente las de gran formato– permiten pavimentar grandes superficies con pocas piezas, aunque se recomienda manipularlas con equipamiento específico (fig. 7).
Posibilidad de acometer obras subterráneas
En caso de una eventual intervención que implique la apertura de zanjas en un área ya urbanizada, los pavimentos prefabricados colocados en seco presentan la ventaja frente a cualquier solución continua –como los aglomerados asfálticos o las losas in situ de hormigón– de que las piezas pueden retirarse fácilmente para acometer las obras y pueden volver a colocarse sin dejar una huella visible en el pavimento y sin generar residuos de demolición.